🐟 Otafuku: Un Ritual Frente al Bluefin
- Stephany Gómez
- 15 abr
- 2 Min. de lectura
Hay experiencias que no solo se viven, se sienten. En Otafuku, cada instante frente al atún bluefin se transforma en un acto sagrado: el silencio se vuelve respeto, el corte se vuelve arte, y el sabor... una revelación.
Este templo japonés enclavado en el corazón del complejo gastronómico de Grupo Seratta, ha elevado el bluefin—el más codiciado de los atunes—al nivel de ceremonia. Su llegada es una escena cuidadosamente coreografiada. El chef, como un maestro de la precisión, nos invita a presenciar cómo este gigante marino se transforma en piezas que honran siglos de tradición nipona.

El arte de cortar el atún
Ver cómo se desmonta un bluefin de más de 100 kilos no es solo impactante, es hipnótico. La katana resbala con maestría entre las capas de grasa y músculo. Cada parte del atún —akami, chūtoro y ōtoro— es separada con conocimiento ancestral, respetando su nobleza.
La experiencia no termina allí. Lo que sigue es un desfile de nigiris y sashimis que no necesitan presentación: el ōtoro, con su grasa que se funde con el calor de la lengua, es pura seda marina; el akami, profundo y firme, acaricia el paladar con carácter.
Más que comida: un viaje sensorial
En Otafuku no se viene solo a comer, se viene a descubrir. A rendirse ante la pureza del producto, la técnica milimétrica y el respeto por el mar. Aquí no hay prisa, hay contemplación. La mesa se convierte en escenario, el chef en protagonista, y tú, en testigo de un espectáculo íntimo que solo unos pocos viven.
Es una experiencia que cambia tu forma de ver el sushi. Te hace entender por qué el bluefin es una joya del océano, y por qué Otafuku es el lugar donde merece ser contado.
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